Este es el post más valiente que nunca he escrito. En él te cuento mi mayor error, tanto en la empresa como en la vida.
Siempre había creído que las caídas debían superarse muy rápido para no perder el control ni mostrar debilidad.
Erradamente, durante años, he intentado aprender muy rápido de cada fallo, corregirlo y pasar al siguiente tema cuanto antes.
Muchas veces demasiado rápido.
Demasiadas veces creando corazas o sin cerrar herida.
Sin embargo, paso a paso y gracias a muchas lecturas y buena compañía inspiradora, me he dado cuenta que me estaba dejando grandes vivencias (y grandes partes de mí) por el camino.
Hoy te escribo este post como muestra de mi recorrido hacia la integración y la expresión de la vulnerabilidad como fortaleza.
Creo además que puede aplicar a tu emprendimiento, al crecimiento de tu empresa y a tu día a día.
Escuchar tus miedos, admitir tus errores e integrarlos como moldeadores de tu verdadera esencia es un camino de valientes. Y tiene premio 🙂
Si has llegado hasta aquí, ya puedo decirte que me siento agradecido de estar transitándolo juntos y de poder compartirlo contigo.
¿Cómo llevas tú la expresión de tu vulnerabilidad?