Este post ha sido revisado en 2023. Lo escribí hace tiempo escuchando a Caetano Veloso, con su música parece que las ideas fluyan solas.

Matriz de contraste: el complemento necesario a la lluvia de ideas

Seguro que has oído hablar de la famosa «lluvia de ideas». Es una dinámica que suele hacerse en grupo y es muy útil para crear oportunidades.

Cómo funciona una lluvia de ideas

La idea es simple: soltar ideas en torno a un tema sin juicio, dejando fluir las conexiones libres y la imaginación.

Normalmente se usa cuando necesitas generar nuevas propuestas de negocio, nuevos enfoques de producto o servicio, lanzamientos, campañas de comunicación… ¡En realidad sirve para cualquier cosa!

Sin embargo, la lluvia de ideas tiene un punto débil: la falta de contraste e idoneidad de las ideas surgidas.

Por suerte, es fácil de solucionar si le sumas una herramienta un poco menos conocida. Con ella los resultados pueden ser espectaculares.

Qué es para mí la matriz de contraste

Es el complemento perfecto para una suma de ideas .

La matriz o tabla de contraste es una herramienta que te permite escoger, priorizar y accionar las ideas que llovían con libertad y a veces sin foco.

Como buena matriz tiene al menos dos ejes que pueden combinarse.

 

Por ejemplo: en el eje horizontal ponemos las ideas de menor a mayor complejidad. Y en el vertical, las ideas según su idoneidad con la estrategia.

De esta manera las ideas que antes estaban desordenadas aparecerán ahora en 4 cuadrantes:

  • cuadrante 1: ideas muy fáciles y muy alineadas: serán nuestras preferidas porque podremos aplicarlas inmediatamente y empezar a mejorar desde el primer día.
  • cuadrante 2: ideas muy difíciles y nada alineadas: podemos descartarlas, al menos por ahora 😉 las dejamos igualmente escritas por si la complejidad o idoneidad que ahora percibimos varía.
  • cuadrante 3: ideas muy fáciles y poco alineadas: estas suelen parecer tentadoras por su sencillez antes del contraste, pero quedan descartadas al ver que no aportan a nuestros objetivos.
  • cuadrante 4: ideas muy difíciles y muy alineadas: normalmente son retos a medio plazo. Vale la pena evaluar si podemos reducir su complejidad o pedir ayuda siempre que su idoneidad sea muy alta.

Por supuesto aquí he dibujado sólo los extremos de la matriz, pero hay muchos puntos que se encuentran a medio camino entre los ejes, lo cual nos permititirá tener un dibujo similar al que encuentras en la imagen de cabecera de este post.

 

Y además, puedes cambiar el valor de los extemos por lo que más te interese a la hora de valorar tus ideas: presupuesto, agilidad, conocimineto, compromiso, … 

¿Cómo la uso yo?

Además de la mencionada arriba, yo casi la uso en torno a ideas de negocio o desarrollo de producto, por lo que siempre tengo dos ejes muy presentes.

  • Eje horizontal: Delegable y no delegable. De esta manera se clasifican rápidamente las ideas de productos o servicios entre aquellas que tienen alta dependencia personal y aquellas que pueden asignarse a equipos de producción o incluso a procesos automáticos.
  • Eje vertical: Facturación puntual vs facturación recurrente  Si eres capaz de colocar tus productos de manera ordenada según aquellos que te permitan facturar más o menos ligado a la frecuencia, la combinación con el anterior es muy potente.

Así, por ejemplo podremos detectar oportunidades de producto entre aquellas que sean automáticas y de facturación recurrente (por ejemplo infoproductos) o de alta dedicación pero tambien alta retribución, como por ejemplo servicios  de auditoría intensiva en la sede del cliente.

 

Tus ideas pueden también pueden tener nuevas perspectivas. 

Pasar de la idea a la acción es más fácil si tienes una matriz de contraste que te permita poner foco y prioridad a tus acciones.

Si quieres probar esta técnica, te dejo debajo una plantilla que puedes usar en canva, imprimir, calcar…

Qué fluyan las ideas es lo importante 🙂